Cuando el silencio duele: qué pueden y deben hacer los colegios (y los padres) frente al bullying

Estos días, todos hemos sentido un nudo en la garganta con la noticia de la niña de 14 años que se quitó la vida en Sevilla víctima de acoso escolar.
Como madre, el dolor es indescriptible. Como abogada, la impotencia también.
Y me pregunto, como tantas familias:
- ¿Por qué se va la víctima del colegio y no los acosadores?
- ¿Por qué los centros educativos, sabiendo lo que ocurre, muchas veces no actúan o lo hacen tarde?
- ¿Qué más podemos hacer los padres cuando el sistema parece no escuchar?
🧩 Lo primero: el bullying no es “cosa de niños”
El acoso escolar es violencia continuada.
Y así lo reconoce la Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
Esa ley obliga a los colegios a prevenir, detectar, intervenir y notificar cualquier situación de acoso.
No es opcional. Es una obligación legal.
Los centros tienen que tener:
- Un Plan de Convivencia actualizado y eficaz.
- Un Coordinador de bienestar y protección (figura obligatoria desde 2022).
- Protocolos de actuación inmediata ante la sospecha o denuncia de acoso.
No basta con “hablar con los padres” o “cambiar de clase al niño acosado”.
El silencio institucional también genera responsabilidad.
Y cuando no se actúa, puede haber consecuencias civiles, administrativas e incluso penales.
⚖️ Responsabilidad de los colegios
El colegio puede ser responsable:
- Civilmente, por los daños sufridos por la víctima, cuando se demuestra que no adoptó medidas adecuadas o actuó con negligencia (culpa in vigilando).
- Administrativamente, si incumple las normas de protección al menor o no comunica los hechos a la autoridad competente.
- Penalmente, en casos graves, cuando el acoso genera daños psíquicos, lesiones o incluso induce al suicidio (art. 173 del Código Penal).
👩👧👦 Y los padres, ¿qué podemos hacer?
Los padres tenemos un papel fundamental:
- Escuchar sin juzgar. Si un hijo dice que sufre burlas o exclusión, no minimicemos.
- Documentar lo que ocurre: mensajes, correos, testigos, informes médicos o psicológicos.
- Pedir por escrito la activación del protocolo de acoso en el colegio. Tienen la obligación de hacerlo y responder por escrito.
- Si no hay respuesta o no se actúa correctamente, acudir a la inspección educativa, al Defensor del Menor o presentar denuncia ante la Fiscalía de Menores.
Y sobre todo, no rendirse. Porque el acoso destruye poco a poco, en silencio, y cada día cuenta.
💬 Los colegios deben ser espacios seguros
Los colegios deben ser espacios seguros, no lugares donde una niña tema volver cada mañana.
La educación sin empatía no es educación.
Y el derecho sin acción, no protege.
Como sociedad, necesitamos mirar de frente al bullying y dejar de normalizar lo inaceptable.
Ningún niño debería pagar con su vida el silencio de los adultos.
Por todas las niñas y niños que hoy tienen miedo.
Por todos los padres y las madres que solo pedimos que nuestros hijos vuelvan a casa.
Autora: Gracia Coloma Martínez – Abogada y fundadora de Lex&CoM Abogados
Publicado en: Lex&CoM Abogados